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- SAL Y AZÚCAR -

SIN SALIDA

SIN SALIDA

Sin salida, todos se agolpan a la puerta sofocados y con rostros descompuestos. El espacio se queda vacío, el teatro sin espectadores, la playa sin bañistas y el pintor sin sus clientes. Todo ha sido demasiado rápido, ha empezado con una ligera tos y ha continuado con estornudos, lagrimeo continuo y calor. Mucho calor. La gente se quiere marchar, huye despavorida como si le fuera la vida en ello; tropiezas, caes y corres el riesgo de morir aplastado por una manada de gente que se encuentra en tu misma situación.

Sin salida, todos luchan contra todos para algo que tiene en común. Ambiciones, juventud o ganas de darse a conocer, tanto vale. Y dentro de poco alguien también caerá, pero sabrá levantarse y ser consciente de que no es la fin del mundo. Muere pero resucita de las cenizas, cual ave fénix: Resurge y vuelve a emerger, para un día ascender a los cielos con cada vez más fuerza: Qué más da si tengo que volver, si ésto es lo que me interesa, por lo que quiero luchar a vida o muerte.

Sin salida, todos serán parte de una comunidad que aparentemente les une, que les hace felices y que es así, aparente. Puede que también frágil, sencillo y quebradizo. Alguien se sentirá desplazado, no sabrá porqué ha ido a pesar de alguna voz interior (o exterior) que le diga que has ido a lo tonto, no sabes qué hacer, piensas en qué tal vez la culpa fue tuya y no la de los demás. Reclamas tu trozo de pastel y tu momento de gloria, para qué estás en este mundo; para ser lo que aspiras: Una superestrella.

Yo espero encontrar mi salida...

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