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- SAL Y AZÚCAR -

RAREZAS

RAREZAS

A pesar de que el finde ha estado bastante bien ya que Duby me invitó junto con sus primos a celebrar su vigésimo sexto cumpleaños, siento rarez y ardor de estómago. Para nada tiene que ver la cena, que estaba deliciosa -como sucede en el Griego al que fuimos- ni el café bombón que me ingerí después; sino que el haberme puesto plasta por las puñeteras fotos de la susodicha velada (hay que reconocerlo, he salido de vicio; junto con ellos que también salieron de lo más favorecido) y estar tirándonos los platos virtuales por el Msn ayer, que nos dice una amiga común que estamos igual que Pimpinela. Y aparece y desaparece como el Guadiana. Dejemos que fluyan sus aguas y que vuelvan a su cauce lo más pronto posible.

Rarez de haberme hecho una tienda descuento por un libro roto y enmendado por cuatro pedazos, con sabor a tortilla de patatas y rebusca y rebusca en el bolso. Si desaparece el billetero, las gafas, el mp4, todo de marca, no es mi culpa. Es la del vecino. Y luego tener que hacer horas extras.

Rarez de ver que las rebajas no son tales sino que aumentan cada vez más, sobre todo lo que me gusta, que aunque me lo puedo permitir, es todo pequeño. Y pensar en la fatídica frase "soy toda muslos" dedicada al pichoncito de la isla, es tristemente cierto, no importa que hoy lleve tanga para demostrar que no soy una sílfide.

Rarez aún de verme entre las elegidas del premio Mellow, y pincharme con las agujillas de las chapas, por supuesto.

Rarez de comer con alguien que tengo de amigo-enemigo-de-vuelta-y-media y que me deja en ascuas, pese a que con el Marquesito de Babybel va de vicio (hasta un cierto punto, débese a mi ingenuidad) y por ello me alegro, además de sentirme invitada a un sorbete de limón con cava al puro estilo Reginella. (de corazones)

Rarez de recibir llamadas raras y pelín intempestivas y que mezclan muchos idiomas juntos para posteriormente desaparecer por el mismo camino por el que vinieron.

Rarez finalmente de un viaje que me ofrecen a un sitio que tengo ya marcado desde hace tiempo y no sé si haré, todo se ha disuelto en la niebla al encontrarme con la persona que me lo ofrece justo cuando me dispongo a coger el coche, pero que no me importa, hay más días que sandías, al igual que la cita del 15, la cual espero que no se evapore.

Porque mi vida está llena de rarezas...

EN LA FOTO: Un restaurante de Formentera (Playa dels Pujols). Foto hecha por mí.

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