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- SAL Y AZÚCAR -

SUEÑO DE UNA NOCHE DE OTOÑO

SUEÑO DE UNA NOCHE DE OTOÑO

Hoy soñaré que soñaré. Que podré levantarme mujer, con un objetivo cumplido y otros aún por realizar. Me aconstáré vieja y me levantaré nueva. Tomaré un tren con manos inexpertas que se amarran a la manilla y bajaré del mismo ya sabiendo, habiendo sabido echar ya las alas que una vez despegué rumbo a lo desconocido, a la aventura.

Una vez vislumbré ese horizonte y no me gustó, porque me intimidó y me amenazó. Prometí no echar mis alas a batir en ese terreno. No, señores, de este agua no beberé. Y una vez que el camino de la vida se bifurcaba, decidí adentrarme en estas aguas cenagosas que cada vez me dejan respirar menos.

Pero no me importó, yo lo decidí así y no pienso cambiar. Es muy difícil que yo tire la toalla, hasta que no esté recubierta ésta de mierda, no pienso darla por sucia. Quedan muchos baños purificadores, otros que no tanto, pero siempre el mismo camino que una vez me dará su recompensa.

Sabré, como ya dije tiempo atrás, llevar el laurel sobre la frente y la miel en los labios, ser besada y despojada de la virginidad y mi inexperiencia en estos campos. Los mismos que cada semana atravieso aparentemente con paso firme. Dejadme cruzar las calles que me han cambiado ya, que han hecho mella en mí.

Dejadme, simplemente, soñar en esta noche de otoño. Inocente

 

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