TE COMERÉ, PEDACITO A PEDACITO, MANJAR DE MI DIOS

Anteayer ha sido, una vez más, testigo de los momentos delicados que de vez en cuando vivo por la capi. El turno esta vez le tocó a Ra, quien hizo la carrera conmigo y que ahora se encuentra en Madrid con una bolsa de trabajo en una empresa importante de informática por un año. Hacía casi un ídem que no la veía, por lo que nos hizo mucha ilusión volver a vernos. Por supuesto, nos reconocimos al instante y fuimos a un bar céntrico. El bar fetén donde me suelo reunir con mis cucaias favoritas. Para posteriormente cenar en un sitio igualmente fetén.

Os estaréis pensando, queridos lectores, que parece que sólo hablo de colonias, comida o dormir. Es que me he hecho ya tan parecida a Duby que (salvo en el aspecto del culto al cuerpo) parecemos hermanos gemelos, o (peor) novios. Es curioso, me doy cuenta poco a poco de que me hago pesada sobre estos temas y... ¿qué tiene que ver con lo que estaba hablando? Ah sí, el restaurante fetén  por la zona de Chueca en la que nos movimos. Todo fue genial, hablando del más y del menos, de nuestras personas, sitios y situaciones comunes (Daniele Silvestri no lo cantaría mejor).

Por supuesto, este encuentro fue promovido-patrocinado por el Marqués de Babybel ya que ayer por la mañana hubo también clase (que no pudo ir mejor, como igualmente el Viernes) y por supuesto me tocó fumármela. Me tocó otra vez un hotel decrépito, triste pero de un servicio inigualable. Me costaba dormir y tenía una mormera que no podía conmigo. Pero aquí estoy.

Hicimos, Ra y yo, la promesa de volver a vernos si el Marqués decide hacernos fumar horas extras. Si lleva acarreado consigo un encuentro fan feliz como éste, que bienvenidas sean las noches de hotel con mormera y decrepitud incluida :)

P.D. El título de este post remite a una pintada del restaurante donde estuvimos.

P.D.2. Esta tarde, performance de un amigo mío en el ILC. No pienso perdérmela por nada del mundo. :)