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- SAL Y AZÚCAR -

MARÍA LA GUAPA

MARÍA LA GUAPA

A María la guapa le van bien las cosas. Alguien encuentra por el camino de la vida, repleto de sabores como suele ser por lo general, y le dice que sí. Caminan, pasean, ríen, y finalmente reconocen y besan. Hacen como si nunca se hubieran visto, se abanican con unos aires locos y la ciudad, bañada de primavera, les brinda una suave brisa que se convertirá en un monzón. Juega a los clicks, hace la guerra y firma la paz, vuelve a reconocer y a besar y finalmente se acuesta sin saber una cosa más, sin saber que tal vez pudo haber dado con alguien que la pudiese haber completado la pieza que faltaba a su puzzle.

María la guapa cometerá un pecado mortal. Olerá a rosas y a vainilla, o a liquen recién arrancado del árbol, o a bayas calientes que se doran al sol y que explotan todo su jugo. Verá cosas brillantes en el aire, que caerán y volverán como estrellas fugaces que serán como su aparición, un visto y no visto. Irradiará luz por todos los poros de su piel y se sentirá que será más guapa que la novia salvo con excepciones, cerrará los ojos y abrirá un baile con paso firme y decidido, éso sí, si los taconazos la dejan.

María la guapa come de un queso mientras está sentada en otro, pero mira a través de una ventana a la que los pájaros ya se han encargado de cagarla y de empañar su futuro, tan incierto como una caja de cristales suspendida de una grúa. Sólo hace falta un error fatal, tal vez ya cometido, para que todo se vaya al traste. Pero canciones dulces, alegres y un puntito melancólicas, le acompañan. Incluso en su teléfono móvil... Sí... suena como la flor prometida, pero de momento abril se va entre lluvias y mayo llegará florido y hermoso.

María la guapa firmará reportajes, hará estadísticas, se dará a conocer, y volverá a reconocer y a besar, volverá a la milla de oro a hacer de las suyas, en un momento que tal vez no fue el más favorable, pero que sabrá ver suyo una vez más. Probará ese steak tartar, esa tarta de chocolate, junto con menta y orín.  Se envolverá con ellos y babará la cama, como recuerdo de algo linfático que no pudo ser.

María la guapa lee estas líneas que acaba de escribir y queda satisfecha de ellas. Risa

 

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